viernes, 20 de agosto de 2010

La busqueda de Xocomil

Hace muchas horas unos jóvenes aventureros decidieron tomar su carro, y aventurarse a descubrir el chocomilk del lago Atilan. Salieron desde Xela en dirección Panajachel pero tras el olvido del GPS en casa y tras no comprar aun un mapa se encaminaron a la aventura, con la mala suerte que estuvieron una hora circulando en dirección contaría, mientras manejaban tuvieron que hacer frente a los chicken bus, los camiones cisternas y como no a los túmulos de la carretera, cuando se dieron cuenta y tras unas llamadas dieron media vuelta y hacia Pana pasando por Xela, vuelta a empezar el itinerario.

Ya en la dirección correcta y con la música de fondo solo tenían que enfrentarse a perros kamikazes, arroyos de agua, niebla y derrumbes de las montañas, con el cansancio del viaje y aguantando el sufrimiento de no poder estirar las piernas, llegaron a Pana, solo faltaba encontrarse con los otros aventureros, así que perdidos por Pana buscando nuestro lugar de estancia para aquella noche se encontraron todos los aventureros.

En principio pensaban que lo más difícil había pasado, pero no, empezó la lluvia, y la aparición de José Cuervo, un terrateniente que suele marear a la gente para que no puedan andar fácilmente, que junto a la música de los nativos del lugar, les dificulto la noche, tuvieron que hacer lucha de nachos, lanzarse a pequeñas lagunas con ropa, y al final pudieron descansar en sus cómodas cabañas.

El día siguiente empezó con un rap de armas y con un salto de la cama, todo el mundo estaba preparado, solo faltaba la búsqueda del barco para poder llegar al refugio para así analizar al temeroso Chocomilk. El barco llego a nosotros pero aun faltaba la lucha, sobre todo de nuestra aventurera Sonia, al acoso de los nativos intentando que cayéramos en la tentación del consumismo. Después del desayuno y con el transporte de nuestros bultos al barco, nos embarcamos y emprendimos la marcha por el lago hasta el refugio.

Una vez allí, y visto el refugio volvió a aparecer el terrateniente José Cuervo a marear, casi todos lo pudimos superar pero nuestras queridas aventureras Eunice y Claudia no pudieron luchar contra él y sucumbieron a sus encantos mareantes. Aquel día fue duro, usamos las canoas para escapar de los machupichus del lago, comimos cosas típicas de Semana santa, caímos en el juego del vicio, pero al final pudimos celebrarlo con música y una bebida energética que elaboro nuestro científico Pacheco. Nos hicimos amigos de unos pequeños seres conocidos como Ho Ho Hobbits, que se encuentran en el bosque y con ellos ya nos fuimos a descansar del largo y duro trabajo.

Al día siguiente con el rap otra vez y con el cuerpo de algunos compañeros doloridos por culpa del terrateniente, empezamos navegando con las canoas y dándonos un baño en el lago. Después se comió un rico pollo, que nadie se atrevió a matar, con una tortillita de patatas. Tras descansar toda la mañana solo faltaba ir a descubrir los alrededores del lago, para ello, nos subimos en un pick up, y tras sinuosas curvas, preciosos paisajes, y la locura de ser perseguido por una fiera de la zona, los chicken bus, llegamos a Santiago de Atilan. Observamos pájaros muertos, vimos tortugas, analizamos el lugar, hablamos con los nativos que sabían muchas lenguas, y nos pudimos avituallar con víveres para así cenar, solo nos quedaba el camino de vuelta al refugio, un camino oscuro y tenebroso que de repente aparecían perros asesinos ladrando. Ya en el refugio cenamos, cantamos y nos acostamos porque el día siguiente tenía pinta de ser duro.
Las 5.00 de la mañana el barco nos espera, para volver a nuestros lugares de partida, no hemos conseguido encontrar a Chocomil pero aun nos queda el llegar a nuestros centros de investigación antes de las 8.00, nuestro segundo al mando tiene que pasar informes. Tomamos el barco, llegamos donde estaban los carros, cargarnos los bultos rápidamente en los baúles, la teniente Eunice y el segundo al mando, amado, subieron al Chevi, la técnica Elisa, el científico Pacheco y la conductora Claudia fueron con el carro, y la aventurera Sonia, el explorador Eduardo y el Jefe de la expedición, un servidor tomaron el pick up, arrancamos camino a Xela y ………………………....
Javi que te despiertes y a trabajar – jjjjjjjjjjjooooooooooo 5 minutos más.



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